miércoles, 29 de mayo de 2013

Estructura de edades
La estructura de edades de una población dada, tiene una primer posibilidad de apreciación a partir de una división ya clásica en los textos censales: la población de 0 a 14 años (a la que se supone básicamente en etapa de crecimiento y formación; no de trabajo), la población de 15 a 64 años (que es la que se estima que está en su período laboral activo) y la población de 65 y más años (a la que se supone que está en situación laboral pasiva).
La proporción dentro de la población de las edades más jóvenes (entre 0 y 14 años) esta relacionada con la capacidad reproductiva de esa población. Esa capacidad se basa en el hecho evidente y necesario de la presencia de un sector en edad de reproducirse. Pero este factor demográfico no es suficiente para explicar el comportamiento reproductivo, que también tiene que ver con las pautas culturales y religiosas, el conocimiento y acceso a los medios de control de la Natalidad, los ideales familiares con respecto a la cantidad de sus miembros y las circunstancias del contexto social y económico que promuevan o no esa reproducción.

Podemos analizar la distribución de la población más joven en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) teniendo en cuenta estas características. Como se ve en el mapa, las áreas con menor proporción de niños y jóvenes (en este caso por debajo de 17 %) se concentran en el núcleo original de la urbanización. Esto obedece a la combinación de causas estrictamente demográficas (allí la población es mas vieja y por lo tanto no se reproduce), al predominio de una visión muy “urbana” del tamaño optimo de la familia, al acceso fácil y amplio a sistemas de control de la natalidad (se trata de población con niveles altos de educación y acceso a los medios de comunicación). Además, también puede estar incidiendo una cierta tendencia a la emigración de las familias más jóvenes, en parte compensada por la inmigración a esas áreas de población adulta y viviendo en hogares unipersonales.

Hay que tener en cuenta que, a nivel global, en la Ciudad de Buenos Aires (CBA) la natalidad se ubica alrededor del 14 por mil, y se ha mantenido estable en la última década. Una natalidad similar se puede ver en partidos cercanos a la CBA como Vicente López, Morón o San Martín, por donde se extiende la mancha que marca los menores niveles de predominio de los jóvenes, que también se extiende por el eje sur y en forma discontinua por el Oeste. Dentro de esa área relativamente homogénea, aparecen algunos islotes de población joven, ubicados generalmente en el sur. Estas manchas están indicando la presencia de asentamientos irregulares, adonde se concentra una población más joven y con mayores tasas de natalidad, ya que predominan otras pautas reproductivas.

Una población más joven se distribuye alrededor del eje sur y también, formando un área más compacta, hacia el oeste de la CBA. El borde externo queda reservado para las poblaciones más jóvenes. Téngase en cuenta que, por ejemplo, en los partidos de Ezeiza, Pte. Perón y Florencio Varela, la natalidad es de mas de 22 por mil anual, y con tasas de mortalidad infantil que se encuentran en franco descenso, lo cual es un factor significativo, ya que si éstas son elevadas, se reduce la proporción de jóvenes.

Con respecto a la población de 65 y más años, su mayor presencia se puede explicar fundamentalmente por dos razones. La primera de ellas es que la situación socio económica haya ido mejorando, lo que aumenta en cualquier situación la llamada esperanza de vida; esto es, la cantidad promedio de años que puede esperar vivir una persona en algún momento de su vida. La esperanza de vida ha ido aumentando en nuestro país, y actualmente se ubica alrededor de los 74 años.
La segunda razón es que por algún motivo la población más joven emigre, “envejeciendo” de esa manera a la población, o que inmigre una cantidad de población ya en edades avanzadas (como sucede en algunos lugares del país, preferidos por la población que se retira una vez jubilada).

Aunque seguramente en una población tan heterogénea como la del AMBA diferentes sectores de la población, ya sea diferenciados por su ubicación geográfica o su posición económica y social, tienen una esperanza de vida diferente, es posible que estas diferencias no sean tan grandes como para causar una diferenciación geográfica tan evidente en la proporción de las edades mas avanzadas como la que registra el mapa. Por ende, deberíamos ubicar a las migraciones diferenciales (tanto internas a la continuación como externas a ella) como la causa de esta gran diferenciación.

En gran medida, el mapa parece ser el complemento del mapa de las población de menos de 14 años, con un mayor predomino de los de más de 65 años en la parte central y norte de la CBA, y a los largo de los ejes norte, sur y oeste. En todos estos casos la situación es la siguiente: a medida que las estructuras familiares se agrandan por el casamiento de la segunda generación, casi siempre el resultado es que los mayores de la familia se quedan en la residencia original y los más jóvenes emigran. Si ésta es la situación generalizada, generaría un proceso de envejecimiento en las áreas de ocupación más temprana (y las que han adquirido precios inmobiliarios mayores), mientras que las áreas que las bordean serían ocupadas por una población más joven. También puede suceder que al achicarse la familia por emigración a otras áreas de parte de sus miembros, los mayores decidan moverse a casas más pequeñas, ubicadas más cerca de los centros comerciales y los medios de comunicación, lo que refuerza la tendencia anterior.

A esto hay que sumarle el hecho de que si se producen inmigraciones, casi siempre están formadas por personas jóvenes, que no sólo rejuvenecen las pirámides demográficas, sino que también traen una mayor capacidad reproductiva, cuyos nacimientos disminuyen la edad promedio y el peso relativo de los ancianos. Si se compara por ejemplo este mapa con el de los nativos inmigrantes del resto del país, se puede ver que coinciden las áreas donde éstos tienen mayor incidencia con aquellas donde la población de más de 65 años es menor. Esta correlación se da, por supuesto, casi siempre en las áreas de los bordes del con urbano, que son las que atraen a la población inmigrante por el bajo precio relativo de la tierra, el que se vincula con la disponibilidad de terrenos, una mayor distancia de viaje al trabajo y una menor presencia de equipamientos y servicios públicos. Las áreas que aparecen en el mapa con un nivel intermedio seguramente pasaron por esa misma etapa hace unos años, pero ahora se van integrando más a la urbanización y, por ende, la presencia de los ancianos aumenta.

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